Páginas Bastardas

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Todo sobre el tercer programa de ‘¿Quién quiere casarse con mi madre?’

Cuatro y Eyerworks prosiguen con su universo de trospidez a través de “¿Quién quiere casarse con mi madre?” a golpe de sintonía de ‘Dirty Dancing’, éxito en redes sociales y unos datos admirables de audiencia. Bruján y su modeli color glande estarán encantados. La estrategia de cambiar los roles y que unas progenitoras tengan citas y posibilidades románticas ante sus estupefactos hijos, forma parte del juego de montaje, efectos de sonido y personajes que desean apoderarse del subconsciente televisivo. Quedan menos pretendientes pero el material parece intacto para crear situaciones cómicas y torturas dignas del más diabólico Marqués de Sade. Todo es brutal pero podría serlo más y desconocemos si el se han quedado cortos ya con el recital de casting o han metido tijeras para evitar ser juzgados en un Tribunal de Derechos Humanos. Ahora la idea de reducir el show a menos programas agilizará la explotación de sexualidad de las madres y los personajes que interpretan quedarán mejor definidos para todos. Las facetas más oscuras reveladas, los secretos desvelados y los primeros besos fueron el material perfecto para una prueba de fuego que nadie… ¿podrá olvidar? Es momento de repasar #QQCCMM3:

Paulina y su hija Blanca se habían quedado con Ángel, Pablo, Serafín y nuestro favorito Dinger, el camaleón del show (esta vez con look homenaje a Hulk Hogan). Los chicos se fueron a casa de la pareja de las cazafortunas más criticadas del planeta y empezaron a convivir con el drama y trauma. Paulina demostró ser una escrupulosa y los chicos esperaban una tortilla aunque arriba faltaban, al parecer, los huevos. Paulina probó un par (de millones) de veces la boca de Ángel pero se quedó igual… ¿El motivo? No salían billetes de 100 euros de allí. Te entendemos, hija mía. Aquello que no comprendemos es esa cata de aguas… ¿y cosas de niñas? Perdón, T-R-O-LL-E-O monumental de Pis-Pau a sus pretendientes y a la propia audiencia. Paulina ha demostrado una auténtica pérdida de sodio cerebral y una idiotez generalizada para seducir e impactar a cualquier inocente que cruce su camino o esas poesías que incitarían a la III Guerra Mundial. Su cita con Serafín fue brutal. Entre que Paulina tiene menos arte cogiendo unos palillos chinos que Robocop bailando el twerking y que eran dos supuestos y confesos abstemios dándole al drinking, llegamos a los sudores sin olor y la cata de besos: en el cuello, en la boca… ¿y en el chichi y un beso negro? Sin contar con las manías de Pis-Pau que fueron divisadas como el protagonista de “Mejor... imposible”. O sea, Michael Jackson… Confirmado, Pis-Pau es una troll de cuidado y Blanca más tolai que un pellizco a la pantalla de un Smartphone. Pedazos de trolls. 


Paulina dictaminó vía mojón con una sonrisa a Serafín que se quedaba y Pablo recibió anti-smiley a tal fin como expulsión animal. Aquello que no nos esperábamos es que Pis-Pau y Manzanilla-Pis tuvieran una única caja para Ángel y Dinger. Sí, sí… mucho ir de pija y no tienes cash ni para cuatro cajas de los chinos… Sí, sí. Salió otro anti-smiley de esos cutres y era para Dinger. ¡Hijas de fruta, han matado a Dinger! Jack Nicholson debió aparecer allí para abofetear tanto a madre e hija y hacerlas recapacitar… En resumen, o-sea, adiós a la MILFINELLA y nos quedamos con Ángel, el entrenador que no tiene donde caerse muerto y Serafín, el señor del culo duro que se pone en blanco y negro por necesidades del guión.


Mar y su hijo Javier quieren seguir siendo los cultos tróspidos de esta edición y se nota que la dramataruga únicamente está allí para hablar de su ombligo y vender de nuevo sus libros… ¿de colores? En su casa tuvo sesión de peluquería con mimo y picado piedra en su cabeza y fue drogada por la laca eyaculada por Josemi. Mientras tanto, José se ponía al día de porros y drogas con Javier (¿o era al revés?) y Juan Kung Fu Panda se puso a cantar una versión de Eros Ramalazoti con la que le matarían a ladrillazos en cualquier fiesta de aldea. Yogurín de pueblo ya no es la escoria de la obra y ahora es un paleto cosmopolita y diplomático: «Cantas mejor que Paquirrín». Mar no había usado su poder de repescar y sabíamos que iba a hacerlo… aunque desconocíamos si iba a ser con el ex favorito Jordi o si iba a morir antes con el alicatado cerebral de Josemi. Mar no ganó para dolores de cabeza ya que tampoco llegó con José Antonio al ansiado clímax tántrico ni clitoriano… pero Jesús, nuestro pretendiente favorito y una de las perlas de edición, se fue al glamour de la ciudad para tomar un kebab con esa mami a la que quiere dar salami. WTF!? ¿Un kebab en una terraza es glamour o más cutre que un chocho con olor a ambipur? Mar ansiaba hacer un remake de “La pasión turca” pero acabaron hablando de fútbol y Balzac. Y la dramataruga aquí controla más que el yogurín rural en todos los aspectos: él es más de campo que una bellota y si ella quiere cerdo, Jesús le dará guarro-guarro… o eso dice, claro. El piropo es un arte y Mar tiene olfato por su nuevo yogurín de Villafranca de los Barrios: «Eres fresco, como un té verde… ¡Transparente!» WTF!? La contrarréplica no se hizo esperar: «I love you, no sé si es inglés o francés». Aquí hay mucho poeta y mucho que quiere meter mano entre tanta y senil teta. 


Al final las eliminaciones fueron en cultureta mode y Juan abrió la página de 50 de uno de los libros de tan insigne autora para quedarse junto a (¿sorpresa?) Jesús. La cara de Javier no tuvo precio ante la decisión maternal y Josemi y su laca junto al coitus-tántricus interruptus de José salieron rumbo al olvido. Mar se guarda su PPoder y rescató a Jordi ante la cara de ‘empanao’ de Jesús: «esto es como un huevo kinder, plas el Jordi». En resumen gutural y al final poco cultural: Mar se queda con Jesús Yogurín, Juan Kung Fu Panda y el repescado Jordi, que sacrificará su obsesión de procrear por dorarle la píldora clitoriana a la dramataruga. 


Toñi y su hijo Gabi tenían que lidiar con Paco-Josep, Miguel, Jaime y Toni AKA Franchesco. Los cuatro hombres se fueron a Altea para intimar con la milf oficial de la edición. Gabi se comporta como Forrest Gump en un capítulo de los Teletubbies y dejó encerrado al italiano en una habitación. ¿No tenía que haber metido a un león antes dentro? Mientras tanto y pese a los intentos de auxilio vía móvil, Toñi era seducida por un masaje en sus pinreles y un improvisado striptease. Ha quedado claro que lo primero que tendrá que hacer el elegido por Toñi será poner matarratas en el mojito que sirva a su nuevo y gilipollil hijastro. Sabemos que es un papel y que Gabi se está comportando en plan Priscilla, su pretendienta finalista en QQCCMH, para llamar la atención o un suicidio asistido.


Toñi se fue de cita con Paco-Josep y tuvo sus momentos cacahuetes con beso fatal y un crucero tróspido con Toni AKA Franchesco en ese rol que tanto le gusta de amor/odio, de te-la-meto-doblada/chillas. Todo fue un catálogo de postales y perdimos de vista el gepetto de ese insoportable Gabi metido en su papel de Joffrey Baratheon. Faltan las bofetadas de Tyrion Lannister en esa trama de trospid-Game-of-Thrones que ha quedado convertido en una versión milf de “Uno para todas”… ese concurso de telecirco de los 90 para lucir calzón y mojón. Así, Toñi con un modelo eréctil luciendo canalillo y poderío lanzó al agua a Miguel y Jaime Mormont, que desveló que es consolador con piernas. Se queda con el paquete y el tatuaje que forman Paco-Josep y Toni-Franchesco. Ésta lo que quiere es que le coman el tigre y le den vida a su cuerpo serrano.


Charo tenía un aumento de candidatos ya que contaba con Pep, Alfredo, Paulino, Alex y Paco y había diseñado un plan digno de Jigsaw para torturar a más hombres. Manuel, el policía que tuvo que pagar la cuenta de Toñi, había sido recuperado por su compañera de profesión y Antonio birlado a Paulina para gritara: ¡PEUTEONE! Charo quería conocer a sus nuevas víctimas y se los llevó de piscina para sacarles fallos rápidamente. ¿A qué no saca fallos esta señora? Que si Antonio habla mucho, que si le había repescado por la pasta, que si Manuel sonríe mucho, que si tengo que expulsar a dos de mi mafia… Alex y Paco se fueron. El primero por su juventud y el segundo por sus pinzas… de colores. Sí, hasta luego Lucas. 


Charo no pasa ni una y amar a esta mujer es una oposición diaria de charming. Descubrimos que Kike y sus ruiditos siempre han sido torturados por Charo desde su infancia y sus decisiones la llevan a la soledad. ¿Qué pasa con las pinzas de colores colocadas? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa con el sonido de la cuchara en una taza? ¿Qué pasa? Lo fuerte es que esta señora todavía no ha sacado la pistola y tiene a todos en fila y más tiesos que un consolador. El grupo de veteranos preparó un striptease sorpresa pero Charo, como siempre, sacó pegas a todo: que si los calzones les quedaban fatal, que si no me pusieron en absoluto y ese largo etcétera para hacerse la más dura del lugar. Charo eliminó a Paulino después de un momento de “Full Monty” y después quedó con los nuevos para fulminar a Antonio y sus 150 camisas. Apostamos a que investigaría sus movimientos bancarios y no le convencieron en absoluto porque sabemos que esta mujer tiene una ficha policial de todos ellos y no pasa ni una. Da la impresión, eso sí, que Manuel y sus miraditas suben enteros y Charo se fue con él de la mano… aunque según ella fue simple pose y sus zapatillas eran horribles. En resumen y concretando, Charo sigue siendo Charo y aguarda cierta vuelta de tuerca para que alguien pueda derretir ese corazón de duro e impenetrable asfalto. Todo un personaje femenino que se merece una procedimental en televisión como poco. Sobreviven, de momento, Pep, Alfredo y Manuel.


Mª Teresa y Nico se fueron con los concursantes de tour por Getafe y la Avenida de España, donde reside la Marquesa de Sade más odiada por los colchoneros de todo el país. Después de las torturas brutales del pasado capítulo, todo parecía haber llegado a la normalidad hasta que Antonio secuestró a Teresa para irse a un lugar tan romántico como una cancha de baloncesto. Jon, Libri y Nico hicieron planes al ofrecer Ángel el local donde trabaja para hacer publicidad de sí mismo y aprovechar el momento antes de la previsible expulsión tras desvelarse su secreto. Antonio, por otro lado, confesó que ya no era un pica-flor: «Llevo un año y pico sin hacer el amor con una mujer». ¿Cuenta el sexo oral/virtual aquí? Teresa se llevó un chasco tremendo con su pretendiente favorita. Ella quería a un macho que la pusiera mirando para Cuenca y este tipo ya no liga ni con una oveja ni puede hacer ejercicio físico ni, al parecer, meterla dentro de la canasta.


Pero llegamos a la frase de esta trama de torturas donde los mártires se revelan: «Soy un hombre normal y corriente». Se lo decía Ángel, en plan drag queen laboral y ocasional, a una Teresa que se bebía su gin-tonic para asimilar el gran secreto oscuro de su pretendiente. Libri y Nico estaban encantados con ‘les papis’ y ‘les drach quensch’ pero llegaron las súper-eliminaciones y Teresa expulsó a el asturiano subtitulado, uno de los cracks de show, y a Jon que no pudo contener sus lágrimas. ¡Ha hecho llorar hasta a un vasco! ¿No le queda claro a la audiencia que esta señora es una torturadora? Ángel se quedó contra todo pronóstico y sabemos que Tere le quiere para robarle el maquillaje y también con Antonio ante el disgusto de Nico. «¡Ten cuidado con Mel B!», le dijeron sus amigos durante el aquelarre y fiesta satánica que organizó para invocar a una deidad. Mel B se queda y quiere ser su padre si una drag queen se lo permite, claro. ¿Es lo que quería Teresa... o Nico?


Como “¿Quién quiere casarse con mi madre?” es una reproducción low-cost, todos los finalistas, madres e hijos se irán juntos a una mansión en A Coruña para protagonizar una versión tróspida de “Hotel Glam”. Los creadores han prometido una boda roja-moldava para finalizar tan climático programa y sin muchos de los personajes más interesantes de la edición nos tememos lo peor… de lo peor. ¿Darán suficiente juego 21 personas juntas? En este punto preferimos evitar “Gran Hermano” y que protagonicen una versión castiza de “Los Juegos del Hambre” o que Nico disfrace a todos de epaich weirs antes de que Charo saque la pistola.

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