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jueves, 21 de noviembre de 2013

American Horror Story. Coven (3x07) The Dead: Matarla una vez, matarla bien, matarla bien muerta

“American Horror Story: Coven” sigue avanzando y pasada ya su primera mitad podríamos comenzar a plantearnos los aciertos y desaciertos del aquelarre que han propuesto Ryan Murphy y Brad Falchuk. El imaginario del universo AHS siempre ha sido ajeno y esta vez se fija en “Dark Shadows”, “Frankenstein”, “La noche de los muertos vivientes”, “Braindead” entre referencias demoníacas como el ‘Compendium Maleficarum’, bíblicas y equidistantes al reverso histórico oscuro sobre los personajes de Marie Laveau y Delphine LaLaurie. Y es que la Reina del Vudú en Nueva Orleans y el cosmos de las Brujas de Salem se van a dar cita en esa guerra oculta con cazadores de brujas y fantasmas del pasado. El pastiche es evidente como marca de la casa pero nuevamente la ficción se ha renovado en algo completamente moderno, estilizado y vigente. No es American Horror Story ni American Horror Story: Asylum sino algo distinto. Es momento de repasar “The Dead”, séptimo capítulo de “American Horror Story: Coven”.

Los giros de AHS siempre han sido marca de la casa y aunque intuimos parte del tratado final es aún pronto para confirmar aquello que actualmente muestra la serie. Da la impresión de que los monstruos que dirigen tanto el aquelarre como el reino del vudú están aferrados a los mismos estigmas, debilidades y pecados. Prueba de ello bien pudiera ser este capítulo en el que Marie Laveau va a revelarse como el mismo demonio que fue Delphine LaLaurie. Hay una línea en la que LaLaurie cuenta el mayor de sus crímenes a Queenie, articulación entre las imborrables manchas de su oscuro pasado y su transformación y redención presente, para revelar que se trataban de otros tiempos muy distintos a los del mundo actual. Kathy Bates refleja en su mirada ambos registros en los flashbacks de contraste y “The Dead” va a cerrar con Laveau convirtiéndose el monstruo contra el que luchó en el pasado. Aunque el discurso de esta temporada se reduzca a la vida eterna y eterna juventud, queda un halo de lucha de las nuevas generaciones sobre el poder establecido. Si la Suprema de Fiona Goode nos ha demostrado ser la portadora de un sistema dictatorial y ansiar ser inmortal e imperecedera, Laveau sigue siendo la autoproclamada Reina del Vudú desde hace siglos. Da la sensación de que Queenie y Zoe son el relevo a esos regímenes que han atado a la magia a una lucha por la supremacía y, por supuesto, la siempre vigente belleza. 


No obstante, “The Dead” habla de ‘muertos’ en varias líneas argumentales y comenzamos con Toto y un recuerdo tatuado a golpe de piel que se convierte en tortura para FrankenKyle, al revivir aquello que no quería ser y quedar estigmatizado con la evocación de quedar transformado en otras personas. Zoe quiere acabar con el monstruo que creó y con el que le resulta imposible comunicarse a golpe de pistola pero será Madison, otra muerta incapaz de sentir, aquella que establecerá el contacto con aquel a que precisamente mató. ¿Un extraño y bizarro círculo de juventud y muerte? “American Horror Story: Coven” vuelve a dar una vuelta de tuerca sobre el lado enfermizo y Zoe será invitada a formar un trío con Madison y FrankenKyle como acto comunicativo y nada estúpido que pudiera formar parte de una ilustrativa tarjeta. Zoe seguirá con su protagonismo, ante la ausencia de Misty Day y Myrtle Snow, respaldándose en una inminente acción conjunta con Cordelia Foxx, que descubre toda la verdad sobre su madre. Su ansia de poder y crimen es contemplado por su propia hija y contado a Zoe como aviso de su fatal destino si Fiona considera que ella pudiera ser la nueva Suprema. Delia sabe que su madre va a exterminar al aquelarre —sin conocer todavía que su marido, cazador de brujas a sueldo, planea un brutal ataque balístico sobre la Academia— en su descenso a la mortalidad y actúa como un animal atrapado: de manera impredecible y peligrosa para todos. El plan de Delia es simple: matarla una vez, matarla bien, matarla bien muerta. Parte del plan bien pudiera ser el hechizo para reinsertar la lengua a Spalding y completar los actos que Myrtle Snow ideó en el pasado. Con la declaración y confesión llega uno de esos momentos inesperados con Zoe apuñalando brutalmente en el corazón a aquel que sirvió al aquelarre durante toda su vida y cuyos antepasados realizaron la misma labor. Zoe ya es una bruja, nuestra bruja.


El aire de cine negro que se inspira cuando Fiona y el Asesino del Hacha entran en un habitación, cuyo dueño yace muerto en la bañera. Evidentemente el fantasma conocía a Fiona pero su objeto es la pasión y el sexo. Inicialmente se enamoró de ella cuando tenía 8 años como padre… pero finalmente y una edad adulta quiso ser su amante. La seducción y la danza junto a jazz y citas de Faulkner nos revelan que Fiona tuvo un poderosísimo aliado amarrado desde su infancia. La quimioterapia nos indica que La Suprema comienza a sentirse menos femenina con la pérdida capilar aunque The Axeman tiene un instrumento que tocar y una capacidad de amar tanto dentro como fuera del escenario. Fiona será seducida por un lado y, por otro, LaLaurie por aquella a la que consideraba su amiga. Queenie será atraída por el lado ‘oscuro’ y Laveau tiene de nuevo a de LaLaurie en su poder y apresada para extraer su milagrosa sangre y castigarla con su misma arma y tortura… aunque aquí se confirma que Laveau es el monstruo contra el que luchó en el pasado y Queenie un relevo que tendrá que volver a decidir en el próximo capítulo sobre su traición. La duda, es saber, si estallará antes el golpe de estado o la sangrienta guerra.

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