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lunes, 22 de abril de 2013

Mad Men (6x04) To Have and to Hold: Para tener y sostenerse

La calidad que despliega “Mad Men” siempre es un aliciente para disfrutar de una serie cargada de personajes que formarán parte del subconsciente seriéfilo pasado el tiempo. Don Draper continúa su camino y la fidelidad sigue siendo una asignatura pendiente. “To Have and to Hold”, cuarto capítulo de la sexta temporada de “Mad Men”, llega para seguir puliendo personajes con asuntos inacabados y marcando sus dudas, miedos, incertidumbres, hipocresía y pura humanidad. Don Draper ha vuelto a abrazar su lado más oscuro y canalla, más infiel, hedonista, egoísta y sexual. La dicotomía del personaje principal es visible desde el póster promocional de la temporada. ¿Alcanzará la paz interior el Sr. Draper? “To Have and to Hold” ofrecerá respuestas y es momento de repasarlo.


El personaje de Megan y su participación en un culebrón televisivo va a dar cierta coherencia interna a la propia serie sirviéndose de hipocresías y reflexiones sobre los paralelismos mostrados. Matthew Weiner puede que haya reflejado a la propia sociedad que representa en cada temporada: la ficción ha sido tan machista como racista… como lo eran sus personajes y la sociedad que simbolizan. Que circulemos sobre 1968, con la Guerra de Vietnam como paralelismo emocional del estado norteamericano, y ante el arranque de los setenta con marihuana e intercambio de parejas, la lucha de la mujer y la cuestión racial van a empezar a ser temas tan regulares en las tramas como los anuncios. No es por lo tanto nada desorbitado que la serie, por fin, dé protagonismo y unas secuencias propias a Dawn y comience a abrillantar el protagonismo femenino. El diálogo de Dawn sobre su trabajo es, además, claramente un resumen de lo que esconde SCDP: «Todo el mundo tiene miedo allí. Las mujeres llorando en el baño de mujeres… hombres llorando en el ascensor...».


Que “To Have and to Hold” sea femenino no exonera a la propia serie de ser realista. Las aventuras de Joan y su amiga Kate nos traerán besos dobles, estampas hippies ¿y liberales? y un bebé para desayunar. Sylvia y Don siguen a lo que siguen pero interesa la resolución episódica, claro paralelismo y representación de la secuencia grabada por Megan para su serie de televisión. Megan va a tener una escena de amor y una compañera, Arlene, ofrece quedar a cenar junto a su esposo Mel para que así lo digiera Don mucho mejor. La cena acaba con proposición indecente y también con Don viendo grabar a Megan la escena de marras… y sacando a relucir su machismo y completa hipocresía. Está claro que Megan va a anteponer finalmente su carrera a su futuro con Don... siempre y cuando exista tal posibilidad con un personaje tan pendón.

El Proyecto K responde a un nombre clave para la campaña de kétchup de Heinz y satisfacer a Timmy: reuniones secretas, lugares secretos para dar rienda suelta a las ideas y sobre todo un ligero inconveniente al ser Peggy su rival sin saberlo. Que la chica ofrezca una mejor campaña, que se den cuenta que eran el aperitivo y estaban calentando el ambiente, que Don se quede escuchando detrás de la puerta y que todos acaben en el bar de enfrente deja claro que en el amor y la guerra no hay reglas… Y la publicidad parece ser un poco de ambos elementos. Como mucho, recordaremos la sonrisa inamovible de Peggy y la peineta de Stan.


Ken y Harry tendrán que tratar la mala prensa del napalm vinculada con Dow Chemical. Harry tiene una solución y pasa por reunirse con Pierre Cosette, el suegro de Ken y otro responsable de Dow. Para ayudar con su imagen, Harry y Ken proponen un especial de una hora, patrocinado por la compañía y protagonizado por Joe Namath y todos sus amigos de musicales como Julie Andrews y Joey Heatherton. ¿Broadway limpiará al napalm de la conciencia familiar norteamericana? Al parecer sí… pero no la conciencia del propio Harry. Una tarjeta de regalo y el fichaje de horas desembocarán en el despido de Scarlett y una regañina a Dawn. Harry ve a Scarlett salir de la oficina y anula la decisión de Joan, provocando una crisis y uno de esos momentos “Mad Men”. Se jugará su participación en la firma como socio y recibirá de manos de Roger y Bertram un cheque por 23.500 dólares por su comisión en el asunto de Dow aunque, de momento, no obtendrá ni voz ni voto dentro de la firma. ¿Una carta de despido al acabar la temporada como premio final?


Dawn obtendrá un ascenso que en realidad es un castigo y conseguirá las llaves del armario de suministros y tarjetas de fichaje. No sé si Joan ganará aquí un futuro brazo derecho o la pobre Dawn se encontrará un día rodeada de compañeros de trabajo vestidos a lo Ku Klux Klan echando leña su propia hoguera… Finalizaremos con Don y Sylvia en el apartamento de los Rosen repitiendo y calcando la secuencia de Megan pero volteándola con un símbolo religioso y, tal vez, un homenaje al Conde Drácula como interesante metáfora del personaje principal. Que se compare al Sr. Draper con un vampiro es, desde luego, fascinate y revelador. Sylvia reza para que Don encuentre la paz… aunque últimamente está declarando guerras en numerosos frentes... y sus enemigos no admiten prisioneros o aquello que es mucho peor: le pueden clavar una estaca en el corazón para facilitarle el descanso eterno.

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