Páginas Bastardas

martes, 11 de diciembre de 2012

The Deep Blue Sea: El amor… Es todo

“The Deep Blue Sea”
(2011)
Reino Unido
Director: Terence Davies

Sinopsis (Página Oficial):

Terence Davies adapta al cine la obra teatral “The deep blue sea” de Terence Rattigan, uno de los grandes dramaturgos británicos del siglo XX. La historia nos traslada al Londres de los años 50, donde conoceremos a Hester Collyer (Rachel Weisz), una mujer que lleva una vida privilegiada como esposa de un juez del Tribunal Supremo, sir William Collyer (Simon Russell Beale). Pero para asombro de todos los que la rodean, deja a su marido para irse a vivir con Freddie Page (Tom Hiddleston), un joven ex piloto de la RAF del que se ha enamorado apasionadamente.

Crítica Bastarda:

El ‘durante’ y ‘después’ de la Segunda Guerra Mundial confluyen en el pasado del presente de una mente que se plantea la oscuridad de su futuro… pero se trata de un mero telón de fondo, como ese Londres sobre el que se mueve otro tipo de llama para resurgir de los escombros. Para el veterano Terence Davies la obra de Terence Rattigan es una mera cortina que correr para dejar que el espectador entrevea el lado luminoso del foco oculto, del amor pero también de la asimilación de la teatralidad de la mentira.


El cineasta, a través del recuerdo de su personaje, parece rememorar su propia filmografía entablando conexiones y diálogos con “La casa de la alegría”, “El largo día acaba” y “Voces distantes”. El tiempo se detiene… y surge el encuentro con el pasado. Davis detiene el tiempo y lo encapsula a través de un filme circular que marca la noche y día (anímica y emocional) de la protagonista en dos reversos del destino. Tal vez el despertar del día a través de la apertura de unas cortinas y una tímida sonrisa traspasando la vidriera de una ventana nos desvelen cierta esperanza. El futuro, tal y como indica la protagonista del filme, no es ni el de ella ni el de su marido o su amante… Es simplemente… el futuro.


Queda el amor, únicamente eso… porque el amor… es todo, aunque nos quedemos sin nada. Los ecos de “El fin del romance”, “Breve encuentro” y “Deseando amar” para cualquier cinéfilo podrán ser visibles, pero el mérito de un artesano como Davies es que, a través de la fotografía y la meticulosa puesta en escena con precisos movimientos de cámara, construye un universo propio y al mismo tiempo etéreo… El fondo musical resulta premonitorio, la imagen por momentos queda magnetizada en nuestras retinas. Entre el amor platónico y el pasional parece emerger el verdadero amor, que incubado en el sacrificio de dejar marchar voluntariamente al ser amado. “The Deep Blue Sea” nos narra mágica y melancólicamente el proceso hacía esa despedida.

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