Páginas Bastardas

viernes, 11 de mayo de 2012

Seis puntos sobre Emma: El ciego es el amor

 “Seis puntos sobre Emma
(2011)
España
Director: Roberto Pérez Toledo

Sinopsis (Página Oficial):

Emma casi ha cumplido los treinta. Es guapa, magnética, despampanante. Y también es ciega. La joven trabaja como coordinadora del Teléfono de la Esperanza, vive en un pequeño apartamento (solo acompañada por su inseparable perra guía, Rosca) y sale con Jorge desde hace medio año. Emma, sin embargo, parece más interesada en los espermatozoides de Jorge que en Jorge como persona. Y es que ella sueña, desde hace años y de forma casi obsesiva, con quedarse embarazada, pero pronto descubre que su novio actual no se lo va a poner fácil. Sin dudarlo, rompe con él y decide emprender la búsqueda de un espermatozoide perfecto. Simplemente. Sin enamorarse, sin sentimientos. Una vez que toma la decisión, en la vida de Emma pronto irrumpen dos candidatos aparentemente idóneos como sementales: el psicólogo Germán, al que conoce en un grupo de terapia al que comienza a acudir, y su joven vecino Diego. El objetivo de Emma parece fácil de lograr, pero nuestra protagonista pronto caerá en la trampa de su propio juego y descubrirá que hay muchos modos de estar ciega.

Crítica Bastarda:

UNO.

Emma está a punto de cumplir los 30. Se hace un test de embarazo en un baño y al salir rompe con ‘Paquirri’ (lo siento por el encasillamiento, Antonio Velázquez). Nada nuevo, salvo por dos matices que afectan a la forma y el fondo:

1.- La solución dramática se debe a que el test ha salido negativo: ella quería quedarse embarazada a toda costa.

2.- Emma es ciega.

DOS.

Roberto Pérez Toledo no sólo quiere hablarnos del amor ciego sino de las otras cegueras que habitan en el amor. Si esos seis puntos ‘cardinales’ son aquellos con los que el braille compone otras sesenta y cuatro combinaciones diferentes, parecía habitar en esa comedia coral que proponía el heterogéneo grupo de apoyo al que asiste Emma. Pero esas posibilidades cómicas quedan parcialmente apartadas por la decisión de convertir la historia de la protagonista en un drama romántico con triángulo incluido, al contrario del tono que podría sugerir su cartel.

Los ojos del amor
TRES.

Tampoco se hallan esas palabras que vuelven hacia su inicial narrador, como mostró en su cortometraje para Notodofilmfest “Rotos”. Ni tampoco se palpa la originalidad y sencillez de “Los Gritones”. Sí parece enlazar con “Vuelco”, aparte de rescatar a sus actores protagonistas, en estructurar la narración mediante puntos y recursos. También en retratar el amor extrasensorial cuando faltan otros sentidos, supuestamente básicos, para poderse enamorar ‘a primera vista’. Incluso está salpicada de chistes sobre discapacitados que parecen ablandar el drama existencial que, como espectadores y supuestos jueces, asignamos a ciertas personas tratándolas como víctimas y no como iguales.

CUATRO.

El problema que encuentro a “Seis puntos sobre Emma” es que el punto de vista inicial sobre su protagonista queda quebrado en otros personajes e historias incluso más idóneas interesantes. El amor que puede surgir entre una parapléjica y un atractivo gigoló tiene elementos más sugerentes que las penurias de una doble ciega: tanto física como ofuscada por su dañino e incomprensible egoísmo.

Amor y espermatozoides
CINCO.

Tal vez ese drama con elementos de comedia no debería ser tan tremendista en su aspecto sentimental y no abandonar las cuatro paredes que forman ese grupo de apoyo. El director quería potenciar ese aspecto de fortaleza de un personaje que aparentemente podría ser débil y victimísta, debido a su ceguera. Una fortaleza que empieza a resquebrajarse por la fragilidad de enamorarse y la expone a lo que trataba de evitar.

SEIS.

La película funciona y Roberto Pérez Toledo aporta tacto e inteligencia al retratar una historia y conjunto que supone una bocanada de aire fresco para ese cine español maniatado en clichés. Si se hacen las cosas así, todo irá mejor en el futuro. No obstante, y egoístamente, quería que “Seis puntos sobre Emma” fuera otra película distinta. No sé si su cartel me deslumbró, si ese gorro de lana con forma de oso me ofuscó o si tal vez, simplemente, el ciego sea yo.

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