Páginas Bastardas

domingo, 25 de marzo de 2012

Redención (Tyrannosaur): Perros, rabia y redención

“Redención (Tyrannosaur)”
(2011)
Reino Unido
Director: Paddy Considine
Título Original: “Tyrannosaur”


Sinopsis (Página Oficial):

Joseph (Peter Mullan), un viudo alcohólico y dominado por la violencia, encuentra la esperanza de la redención en Hannah (Olivia Colman), una trabajadora de la caridad cristiana. Joseph se burla de la fe de Hannah y de su idílica existencia. 

Sin embargo, pronto descubre que la vida de Hannah no tiene nada de plácida. Según avanza su relación, ambos llegan a darse cuenta de que, a pesar del dolor, el amor y la amistad pueden encontrarse incluso en los lugares más oscuros.

Crítica Bastarda:

De la reseña para Cinema ad hoc.

Las conversiones de premiados o reivindicables cortometrajes en largos por sus propios creadores están generando interesantes propuestas e incluso desviaciones y nuevas extensiones del material original. Desde “Electronic Labyrinth THX 1138 4EB (George Lucas, 1967), “Within the Woods” (Sam Raimi, 1984), “Joe’s Apt.” (John Payson, 1992), “Rare Exports Inc.” (Jalmari Helander, 2003), “Saw” (James Wan, 2003), “Peluca” (Jared Hess, 2003), “9” (Shane Acker, 2005), “The World of Tomorrow” (Kerry Conran, 2005) a “Repo! The Genetic Opera” (Darren Lynn Bousman, 2005) se han creado nuevas obras que abarcan desde cintas de culto a éxitos de taquilla. Antes de poder disfrutar de la revisión animada de “Frankenweenie” (Tim Burton, 1984) o que Jesús Orellana lleve al largo el universo de su corto “ROSA”, el actor y director Paddy Considine ha conseguido expandir su premiada ficción “Dog Altogether” (2007) para plasmar una de las cintas que ha cazado al vuelo premios y/o nominaciones en Sundance como premios de cine independiente internacionales. Curioso, además, que el cortometraje consiguiera un BAFTA y el largo fuera galardonado por la misma academia como Mejor debut británico del 2011.

Redención (Tyrannosaur)
Rabia y dolor
No obstante y pese a todo lo anterior, tal vez por la incómoda violencia que muestra la película, su vocación de cinta independiente o, simplemente, por no estar dirigida por alguien de renombre, se ha encontrado con problemas de distribución. Añadiendo la demora en ver en nuestras pantallas cintas británicas festivaleras y consolidadas por la crítica internacional como “Shame” de Steve McQueen o “Tenemos que hablar de Kevin de Lynne Ramsay, podría dar pie a iniciar un debate sobre motivos y repercusiones. ¿Realmente estamos condenados a asociar el cine de reino unido en taquilla con producciones de época a lo “Jane Eyre” después del cierre de la franquicia de Harry Potter?

Redención (Tyrannosaur)
Redención
Paddy Considine se basó en su difunto padre para construir el personaje principal de Joseph y repite reparto con Olivia Colman y Peter Mullan para profundizar en el material dramático y profundizar en esos personajes que ofrecía su cortometraje. La violencia parece enfocada en “Redención (Tyrannosaur)” a ser una especie de enfermedad, similar al alcoholismo, con la que tienen que lidiar sus protagonistas. Una víctima y un verdugo que son puestos a disposición del espectador para que los juzgue y se acerque a sus actos desde una puesta en escena e interpretaciones realistas. El merito de la propuesta es lanzar a los infiernos a su personaje principal delante de nuestros incrédulos ojos para exponernos un alma torturada al límite, donde sus recaídas podrían tener nefastas consecuencias incluso para seres cercanos y queridos. Podría jugar sus bazas a una revisión de “Gran Torino” pero su vocación es claramente intimista y existencial.

Redención (Tyrannosaur)
Muerto el perro... se acabó...
El peor defecto es ese ‘tiranosaurio’, que ha sido traducido con un flagrante avance de esa ‘redención’ a la que será sometido tanto ese violento personaje principal como esa sufrida esposa, que es cruelmente maltratada por un marido de buena posición y apariencias. El encuentro entre ambos supone una onda en extensión para que encuentren una salvación ante sus vacíos y oscuros interiores. El filme trata de dar autenticidad a riesgo de ser dura y tremenda en su vertiente más violeta y visceral. Su vocación es hacer que nazca el humanismo de situaciones límites, opacas y brutalmente amorales. Pero más allá de ese tiranosaurio, su explicación y motor de redención y perdón (a través del amor) la película no olvida el título del corto en el que se basa (“Dog Altogether”). Dos perros parecen otorgar el quiebro y metáfora de toda la cinta. Perros ladradores y poco mordedores, flacos y con pulgas y, sobre todo, a perro muerto se acabó la rabia. Un perro dócil, que acaba siendo víctima, y otro que ha sido incitado a la violencia como único motivo existencial. Ambos, como los protagonistas, parecen pagar por igual en un mundo en que la luz y la redención es la única vía de escape para soltarse de esa durísima correa que es la vida.

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