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martes, 20 de septiembre de 2011

El árbol de la vida: Los 7 pecados capitales de El árbol de la vida


Sinopsis (Página Oficial):

De Terrence Malick, el aclamado director con grandes y clásicas películas como “Malas tierras”, “Días del cielo” y “La delgada línea roja”. “El árbol de la vida” es la más impresionante historia de una familia del Medio Oeste norteamericano en los años 50. La película sigue la vida diaria del hijo mayor, Jack, a través de su inocente infancia hacía su desilusión en su madurez, como así, su intento de reconciliarse con su padre (Brad Pitt) y la complicada relación que mantienen. Jack (interpretado como adulto por Sean Penn) se encuentra a sí mismo perdido en el mundo moderno, buscando respuestas de los origines y el significado de la vida mientras cuestiona la existencia del destino. A través de la imaginería visual de Malick, vemos cómo tanto la naturaleza en estado puro y la gracia espiritual da forma no sólo a nuestras vidas sino a los individuos y familias, a toda forma de vida. 

Crítica Bastarda:

1.-Lujuria
La película habla mucho de la vida pero aquí no practican delante de la cámara el sexo ni los dinosaurios. ¿De dónde vienen los niños Malick? ¿¡Del fondo del mar!? Hay robo de ropa interior, alguna mirada libidinosa, poco pezón y ni una mano en el bolsillo. Salvo que consideremos la mitosis como sexo celular…

2.-Gula
Se cuenta en algún rumor apócrifo que el Jurado de Cannes, presidido por Robert De Niro, fue amenazado desde la Santa Sede del propio festival para que concedieran el mayor premio a “El árbol de la vida”… o ‘la historia los juzgaría’ (y se quedarían sin canapés de caviar ruso y champán pagado a cuenta del Festival). La gula, al parecer, puede hasta con Travis Bickle y Black Mamba

Pies que huelen de nacimiento
3.-Avaricia
Mismos defectos que anteriores entregas. Da lo mismo que seas un soldado que no ha abierto un libro en su vida, que seas una indígena que quiere hacerse fan de los Reyes de Inglaterra, que niños que no sacan el lapicero ni para dibujar desnuda a su compañera o vecina… Da lo mismo. Todos nos lanzan monólogos sobre filosofía Heideggeriana y una percepción profunda de la vida y su entorno afectivo que según Malick también debería tener Belén Estebán y los participantes de ‘Gran Hermano’, ¿no? El punto de vista, como siempre, malo con avaricia.

4.-Pereza
La película parece un anuncio de los Testigos de Jehová filmado ‘divinamente’ y con súper-estrellas entre constelaciones dramáticas en agujeros negros. Si te encuentras perdido en el tiempo y el espacio y tienes pereza por lanzarte definitivamente a hacer cine experimental (donde no te comerías ni medio colín) Brahms y el National Geographic te salvarán.

Mucha gente sólo va por Brad Pitt, que conste
5.-Ira
Me gustaría en un ataque de ira, ya que estamos ante una cinta tan universal y que verán nuestros tataranietos como la obra maestra que supuestamente es, que Malick se hubiera atrevido con la juventud presente del politono y red social, de la Juani y la choni, del porrito y el kalimotxo, de la fama televisiva, la intrascendencia y la pastilla del día después. Igual de profundo, ¿verdad?

6.-Envidia
Tengo envidia… Quiero montarme en el ascensor de Sean Penn y trasladarme espiritualmente, pasando por el Big Bang y Parque Jurásico a la destrucción futura del planeta, a esa playa donde venden seguros de vida para volver al presente y mirar al futuro. Libre, feliz y sin arena en los zapatos.



Versión Bastarda

7.-Soberbia
Contradicciones. Malick quiere hacer la película más-grande-y-jamás-filmada sobre la vida pero no se da cuenta que incita a gran parte del público a que se suicide después de su proyección o se muera de aburrimiento durante la misma. No se puede ser tan soberbio… a menos que seas Dios, claro. Y es precisamente el punto de vista que nos ofrece su cine. Algunos dirán que ha plantado el gran árbol cinematográfico visto en décadas y para otros, donde me incluyo, simplemente veremos que ha plantado todo un señor pino… que, al fin y al cabo, podría ser abono para las próximas generaciones. Dios (que no Malick) dirá.

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