Wilfred (1x10) Isolation: Aislamiento

“El aislamiento es un sueño autodestructivo. 

Carlos Salinas de Gortari

“Wilfred” se la juega con una cita del que fue presidente de Méjico desde 1988 hasta 1994 pero la serie perpetrada, creada, manipulada e interpretada por Jason Gann nunca se ha andado con rodeos: desde la zoofilia hasta la eutanasia, desde la locura, drogas, alcohol, delitos y el intento animal de homicidio entre otros candentes temas. Pero, ¿qué le queda por mostrar a la serie? Hemos visto los intentos wilfredianos, como contundente terapia de choque, para que Ryan retome las riendas de su vida. Hemos visto como Wilfred ha utilizado todo tipo de estratagemas macabras: hacer que Ryan se cague en la bota de un peligroso vecino, que practique el sexo con una jirafa de peluche delante de un niño, que acuse a un cuidador de animales de practicar la zoofilia con manteca de cacahuete, que sobreviva a un intento de envenenamiento chocolatero canino, que sea ingresado en un psiquiátrico y, en definitiva, que recupere las ganas caninas de vivir junto a su nuevo mejor amigo. Pero ya queda menos para el final de esa primera temporada. “Isolation”, décimo episodio y emitido en sesión doble junto a “Compassion”, nos deja al final prácticamente del camino… y, realmente, vemos que todavía es un gran y largo camino por recorrer por parte de Ryan.

Primer episodio, “Happiness”, felicidad, segundo “Trust”, confianza, tercero “Fear”, temor, cuarto “Acceptance”, aceptación, quinto “Respect”, respeto, sexto “Conscience”, conciencia, séptimo “Pride”, orgullo, octavo “Anger”, ira, noveno “Compassion”, compasión y décimo “Isolation”, aislamiento. Dale la espalda a la manada y la manada irá a por ti. Es un consejo de Wilfred a un Ryan que ha quedado incomunicado del resto del mundo y de sus vecinos. Nadie le conoce y tal vez por eso le teman en cierta medida o creen que es una persona rara… lejana a su manada e incluso Carabasura, el vagabundo del barrio, es más cercano a ellos. Una reunión de vecinos es un buen sitio para darse a conocer pero Ryan no piensa lo mismo que Wilfred y decide no ir. Wilfred tiene dos grandes problemas: si Ryan se convierte en un tipo raro y él es su mejor amigo puede que empiecen a señalarle como ‘el perro del tipo raro’ y el gran segundo problema es Andy, un niño que ‘juega’ con Wilfred, aunque el perro le tacha de diabólico y brujo por su incapacidad genética de entender el truco de la pelota.

Las Queda-ciones de Ryan pasan factura

Jenna ha puesto mucho empeño para que vaya a la reunión pero Ryan acude en sueños pesadillescos y nuevamente con freudianos resultados. Para colmo roban en el interior de los coches con bastante violencia durante la reunión menos el de Ryan, que se queda finalmente en casa y se levanta con un martillo en una mano vendada con lo que parece sangre seca. Todos piensan que él es el responsable e incluso él… hasta que descubre que Wilfred nuevamente utiliza su terapia de choque. Eso hace que Ryan tenga que ir a la fiesta del barrio pese a una rancia recepción por parte de sus vecinos. Ni siquiera parece encajar con otro deshecho de la sociedad: Carabasura. Pero Wilfred tiene la receta: los artículos robados aparecen en casa de juegos de Andy y el niño es arrestado ante la acusación vecinal. 

La manada espera y manda

Todos, incluso Ryan, sabemos que el vengativo Wilfred está detrás de todo el percal. Pero, ¿cómo solucionarlo? Andy es un miembro de la manada y no debe ser apestado y mucho menos inculpado de algo que no ha cometido. ¿La solución? Inculpar a un muerto Carabasura y que Ryan sea así admitido por sus vecinos sin que sea declarado culpable. Wilfred jura a Ryan que no está detrás de la muerte del vagabundo y ambos le despiden con una meada colectiva para marcar que fue una parte de una miccionada comunidad y manada. 

Wilfred: sibilino, inteligente y vengativo

Por cierto, lo de la referencia a Fatty Arbuckle y la botella de vino viene del escándalo que protagonizó el alcohólico y popular actor del cine mudo norteamericano al ser acusado de violar y penetrar con una botella a una actriz provocándola la muerte. Más detalles en el libro “Hollywood Babilonia” de Kenneth Anger. 

Aquí huele a muerto

Carabasura: Descanse Meado en Paz